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8.11.2017

"De no haber sido por la ágil respuesta de la PNC estas muchachas ya estarían muertas”


Con las piochas y azadones sobre sus hombros, y en sus manos las cabelleras de las aterrorizadas mujeres de las que las halaban, arrastrándolas pendiente abajo, en medio de su espanto a ser asesinadas y cuyos gritos se perdían entre el extenso cafetal, así caminaba apresurado el grupo de pandilleros armados de la MS en las afueras del municipio de Talnique, al sur del central departamento de La Libertad, en busca de un punto donde cavar un hueco en el suelo que serviría de eventual sepultura.

Los gritos, opacados de vez en cuando por el ruido de las hojas de los arbustos por los que se colaba el viento, los alcanzó a escuchar una patrulla rural de la Policía y del Ejército que, alertada por algunos lugareños, ya había logrado avanzar a pie un buen trecho hasta acercarse al lugar del inminente asesinato. Un potente disparo de fusil, producido por la patrulla, retumbó en el bosque cafetero, tras el cual los gritos cesaron.

Rápidamente, los policías y los soldados se desplazaron de forma táctica en dirección de donde habían provenido los gritos. Con alivio y con la plena satisfacción del deber y servicio cumplidos, se encontraron cara a cara con las jóvenes que, impactadas por la intención de los criminales, comprobaban aliviadas hallarse sanas y salvas en manos de los servidores públicos.

Mientras caminaban de regreso con las rescatadas, la jefa de la patrulla rural, una agente curtida en el servicio a la población, revisó su teléfono celular solamente para asegurarse de llevar consigo la fotografía tomada a un menor de unos 13 años de edad, con el que se habían topado minutos antes, mientras se aproximaban al lugar donde los pandilleros tenían privadas a las mujeres, al que luego de interrogar, y sin motivo aparentemente para retenerlo, lo dejaron ir, tras expresar el individuo -lo que después se supo fue solo su cortada- que él transitaba por el lugar en busca de una tía.

Este era el segundo intento de parte de las pandillas para asesinar a las mujeres, luego de la desaparición hace un año del esposo y cuñado de ambas, un policía que prestaba su servicio en la subdelegación de la PNC de La Libertad, de quien hasta hoy se desconoce su paradero.

Temprano por la mañana de este jueves, a una de ellas los criminales la localizaron cumpliendo con su jornada laboral.

El tercero de los atentados de parte de los terroristas ocurrió ayer jueves. Esta vez los pandilleros ordenaron a una segunda clica llevar a cabo la privación de libertad de las mujeres, y acordaron que cuando las víctimas estuvieran en sus manos, avisarían a los integrantes de la primera clica responsable de los dos atentados anteriores, para llegar al lugar de la privación y darles muerte.

Temprano por la mañana de este jueves, a una de ellas los criminales la localizaron cumpliendo con su jornada laboral, en compañía de su hijo de pocos años de edad, en una finca situada al sur de Talnique, y bajo amenazas a muerte la obligaron a que los dirigiera hacia otra finca donde se encontraba trabajando la otra mujer que, de nuevo, era su objetivo para intentar darle muerte.

Gracias a la labor de investigación e inteligencia, esta vez la policía movilizó a varias unidades especializadas, como la Sección Táctica Operativa (STO) y el Grupo de Reacción Policial (GRP), entre otras. De inmediato, cercaron una amplia zona rural donde, según la información, se ubicaban los puntos donde en uno de ellos tenían privadas de libertad a la madre y al niño, y en otro, en donde se encontraba laborando la otra posible víctima de este nuevo atentado.

Al poco tiempo, varios grupos tácticos cercaron a los criminales, originándose con uno de ellos un intercambio de disparos, donde cayó abatido un importante cabecilla de una de las clicas involucradas en este tercer atentado, identificado como Carlos Ernesto Cortez Monteagudo (20) alias Pana, a quien se le atribuyen, además, otros delitos como homicidio y tráfico y tenencia de droga. Junto al cuerpo sin vida la policía localizó el arma empleada por el ultimado.

“Con cuyo cadáver se ensañaron los criminales al quemarlo, cercenar su pene, y cortarle la cabeza, la que hasta hoy no ha sido localizada”

Al Pana, junto con otros compinches, se le atribuye la muerte a tiros de un poblador de Talnique, de 56 años de edad, ocurrida el pasado mes de julio, con cuyo cadáver se ensañaron los criminales al quemarlo, cercenar su pene, y cortarle la cabeza, la que hasta hoy no ha sido localizada.

Durante el rastreo la policía privó de libertad a tres pandilleros, el adulto Luis Gerardo Valdez Baños (18), junto con dos menores de edad, quienes responden a los nombres de Ever Ernesto M. C. (15) y Oscar F.M. (13). Este último resultó ser el menor de la fotografía tomada por la jefa de la patrulla rural cerca del lugar donde la Policía llevó a cabo el segundo rescate de las mujeres.

De acuerdo con los testimonios recogidos ayer en la zona del intercambio y liberación de las víctimas, otro de los palabreros de la clica habría resultado gravemente herido, por lo que este viernes las unidades se mantenían rastreando varios puntos de una agreste zona del sur oriente del municipio en busca del terrorista, vivo o muerto. Mientras, los menores pasaran a manos de un juzgado por el delito de agrupaciones ilícitas, entre otros.

“De no haber sido por la ágil respuesta de la PNC estas muchachas ya estarían muertas”

Las víctimas se hallan por ahora en un lugar seguro, a salvo de las manos de los asesinos.

“De no haber sido por la ágil respuesta de la PNC estas muchachas ya estarían muertas”, aseguró uno de los oficiales que participó en el operativo de rescate de ayer, encabezando uno de los equipos de liberación, al igual que lo hizo en el segundo realizado a principios de la semana que está por concluir.

Vale destacar que este oficial junto con otro policía destacado en Talnique serán condecorados próximamente por las autoridades con la medalla al mérito cruz de bronce, por su servicio integral en favor de la comunidad. En octubre de 2016, ellos atendieron el parto de una joven que, ante la imposibilidad de alcanzar a llegar a tiempo a un hospital, dio a luz a su hijo en medio del campo, auxiliado por los policías que dentro de unos días serán condecorados.

Redacción STO GRP PNC

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