Según la tradición católica, las procesiones en honor a la Virgen de la Paz comenzaron a partir del 21 de septiembre 1787, cuando el volcán Chaparrastique hizo erupción y la lava hirviente amenazaba con destruir la ciudad. En ese entonces, la furia del coloso hizo que algunos pobladores de la ciudad sacaran la imagen de la virgen para implorar su protección divina y evitar la destrucción de sus casas a causa de las correntadas incandescentes que bajaban del volcán. Dice la leyenda que en el momento en que la imagen de la virgen fue llevada en procesión, las nubes formaron una palma en el cielo y la lava cambió de rumbo. Es por eso que cada 21 de septiembre los católicos parten desde las faldas del volcán Chaparrastique y peregrinan hasta la catedral migueleña, donde se celebra un acto religioso.
Es por ello que desde entonces cada año, los católicos sacan la imagen de la virgen en procesión, como recordatorio y agradecimiento del primer milagro de la patrona de los migueleños, llamándolas cariñosamente como Bajadas.
Periodista: Nathaly Hernández.
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